domingo, 3 de septiembre de 2017

La experiencia en Cotacachi llega a su fin.


La estadía en Cotacachi va llegando a su fin, y con ella la asistencia técnica que vine a desarrollar. En el caso particular de esta experiencia, los aspectos profesionales se complementan con los personales, por lo que me encuentro en una encrucijada de emociones que tendré que dejar decantar  y manejar durante un tiempo, cuando esté de regreso en el medio del que vengo. En todo caso me quedo con la grata sensación de sentirme parte del ambiente en el que desarrollé mi asistencia técnica y estoy seguro que esta sensación me acompañará por siempre. 


Ya comenté  en mis otros escritos, que en ningún momento me sentí ajeno desde el punto de vista profesional en este medio que me acogió. El trabajo con los departamentos a los que me debía, Planificación y Obras Públicas, fue óptimo. Me permitió conocer aspectos técnicos sobre resolución de estructuras portantes y métodos constructivos particulares de la zona, como la construcción usando adobes. Además este verdadero trabajo de equipo y participativo, modalidad que los ecuatorianos tienen mucho que enseñarnos, me permitió no solamente cumplir con el objeto de mi estancia, el re-diseño del Coliseo o estadio cubierto, sino también intervenir como técnico en cuestiones relacionadas con la protección del patrimonio histórico de Cotacachi, participar de socializaciones, que es como se llama aquí una exposición pública a la Comunidad para pedir su apoyo a proyectos que la afectarán y compartir la acción de policía de obras de los compañeros inspectores.

En cuanto a la acogida personal, sólo puedo decir que las relaciones que se han establecido son de amistad sincera.


El proyecto del Coliseo despertó mucho interés en los medios de comunicación locales; me hicieron tres entrevistas en Radio Cotacachi para ir explicando los avances del proyecto y una para el periódico El Norte.

Como ya expliqué en mis escritos anteriores, mi trabajo fue de lo general a lo particular. Hoy toca hablar de lo particular. Atendiendo a las necesidades reales manifestadas por el alcalde de Cotacachi en cuanto al Coliseo que se pretende construir, y consensuando cada paso con los departamentos de Planificación y de Obras Públicas, se concretó la adecuación del proyecto pre-existente y se re-diseñó el proyecto arquitectónico.






El proyecto optimiza datos pre-existentes, como los de detalles constructivos y resolución estructural, y persigue el objetivo de crear un edificio versátil, ya que se pretende su uso no solamente para eventos deportivos, sino también espectáculos y asambleas.

El concepto se basa en un edificio en U que alberga los graderíos y que se podrán destinar por debajo a las diferentes funciones propias del Coliseo, como taquillas, baños públicos, cafetería y accesos así como otras como las sedes de la Liga Cantonal, de la Asociación de vecinos del barrio y de otras federaciones deportivas. La cubierta del edificio pretende aportar un signo de particular que lo identifique como dotación a escala de la ciudad, sin por ello recurrir a soluciones excesivamente costosas.

El potencial emplazamiento del Coliseo es donde se ubica el actual estadio Rumiñahui. Se trata de un espacio abierto en el que se encuentra una cancha de pelota de mano y una de fútbol que no se utilizan. Además el emplazamiento está presidido por una estatua del cacique Rumiñahui. 


La circunstancia particular del emplazamiento que se describió sustenta una propuesta integral para el espacio urbano. La dotación del Coliseo se complementa con equipamiento exterior, dos canchas de fútbol, dos de básquet vóley, se mantiene la de pelota de mano, se crea una auxiliar para principiantes y se instala una zona de juegos infantiles. La previsión de la apertura de una nueva calle por el Sur hará que el complejo tenga cuatro frentes a viales y acceso directo a todas las instalaciones. 


La fachada de acceso al Coliseo se abre a un espacio público abierto, integrando el monumento al cacique Rumiñahui y creando una plaza que alternará zonas de sombra y verdes. Para delimitar las canchas deportivas se utilizarán hileras de árboles autóctonos. 


La exposición del proyecto arquitectónico se basó en ejemplos, planos, detalles constructivos, como de una maqueta de estudio. 


Sin duda alguna, la satisfacción mayor de esta asistencia técnica es la de que lo realizado no es un punto final, sino el inicio de un proceso.

Javier Leonardo Rímolo, arquitecto

No hay comentarios:

Publicar un comentario